Vaya día, es triste mirar por la ventana y ver llover, aunque reconozco que es reconfortante si puedes estar en casa. Me encanta la sensación de escuchar la lluvia estirada en el sofá con un buen libro, después de llegar a casa chorreando... (vaya rollo la moto, creo que te mojas hasta más, si cabe).
En fin, estos días me recuerdan un poco al poema 15 de Pablo Neruda, ese que dice así...
Me gustas cuando callas porque estás como ausente,
y me oyes desde lejos, y mi voz no te toca.
Parece que los ojos se te hubieran volado
y parece que un beso te cerrara la boca.
Como todas las cosas están llenas de mi alma
emerges de las cosas, llena del alma mía.
Mariposa de sueño, te pareces a mi alma,
y te pareces a la palabra melancolía.
Me gustas cuando callas y estás como distante.
Y estás como quejándote, mariposa en arrullo.
Y me oyes desde lejos, y mi voz no te alcanza:
déjame que me calle con el silencio tuyo.
Déjame que te hable también con tu silencio
claro como una lámpara, simple como un anillo.
Eres como la noche, callada y constelada.
Tu silencio es de estrella, tan lejano y sencillo.
Me gustas cuando callas porque estás como ausente.
Distante y dolorosa como si hubieras muerto.
Una palabra entonces, una sonrisa bastan.
Y estoy alegre, alegre de que no sea cierto.
Por cierto, El Hilo de Ariadna ya lleva 2000 visitas... ¡¡Gracias a todos!!
Etiquetas: Ariadna, cosas de la vida, literatura
Y a mi me gusta cuando hablas por que oigo alegría, inquietud, pasión, preocupación...
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