Los hay tímidos, los hay lanzados, los hay apasionados, los hay aburridos, los hay experimentados y los hay primerizos. Hay muchos tipos de hombre debajo de una sábana, pero no todos ellos saben lo que realmente excita a una mujer. La "química" que exista entre las dos personas es fundamental, que alguien "te ponga" con sólo mirarte, tocarte o besarte es lo máximo que se puede pedir, pero hay más formas de excitar a una mujer, casi infinitas. Hay cosas muy comunes, como los besos y caricias, que se pueden dar en cualquier parte del cuerpo, por recóndita que sea. De hecho, ésas son las mejores, detrás del cuello, en la cadera, detrás de las rodillas, en los tobillos... es una buena forma de empezar. No hay que ir rápido (a no ser que sea una situación de urgencia, ya me entendéis...) y sobre todo, no hay que ir directamente al quid de la cuestión.Los pechos son un buen segundo paso, lamerlos, besarlos,... empezar por los lados antes de llegar a los pezones, y una vez ahí hay diferentes tácticas muy recomendables. Hay que saber que muchas mujeres sienten que el clítoris y los pechos están íntimamente conectados y en ellos se concentran las sensaciones eróticas con mucha rapidez, así que hay que hacerlo bien. Tomar con las manos ambos pechos, poner el pezón entre el índice y el pulgar y frotarlo suavemente ya es un buen comienzo, pero el mayor placer lo da la lengua. Recorrer con la lengua el contorno del pezón para luego meterlo en la boca, saboreando, succionando poco a poco, jugando con él, ahora el otro, y el placer va en aumento...Puede que haya llegado el momento de dar un paso más, besos, sensuales, húmedos y calientes recorren el cuerpo desde el cuello, la cintura, el hueso de la cadera hasta las ingles. Una vez ahí, hay que recrearse, besar los labios, saborear las diferentes texturas y poco a poco empezar a pasear la lengua, que no hace falta que está dura, mejor al contrario. Primero suave, por toda la zona, todo está extremadamente sensible, así que cualquier pequeño roce es tremendamente excitante. Toda la boca juega un papel importante, comerse un coño tiene que implicar eso, sentir que te lo están comiendo, cualquier movimiento, de succión o lametón tiene que ser absoluto. Luego es necesario encontrar el clítoris y empezar a jugar con él, dando vueltas con la lengua, lamiéndolo y viendo como el cuerpo se arquea de placer, mientras los dedos entran en la vagina y, hacia delante, tocan el punto G mientras el clítoris sigue estimulado por la lengua, ávida, sorbiendo o lamiendo...Hasta aquí tres cosas para ir caldeando el ambiente. Pero habrá más, hay preparados posts de: previos, juguetes, innovaciones, películas y otros estimulantes. Próximamente en El Hilo de Ariadna. Etiquetas: Ariadna, erotismo, sexualidad
Es todo así:
el espacio entre ambas.
(vale...y un par de lenguas.)
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