Hablaba hace unos días de la cultura de proximidad. No sé si quedó muy claro el concepto, pero es que en realidad es tan amplio que es complicado de explicar. Hoy lo intentaré con ejemplos.Basándonos en el dicho de si Mahoma no va a la montaña, la montaña irá a Mahoma, la cultura de proximidad entiende que la mejor manera de dar a conocer algo es acercándolo al máximo al público objetivo al que se dirige. Un buen ejemplo de esto es lo que han hecho las Juntas de Distrito de Madrid, que han utilizado pequeñas obras de teatro en el transporte público para dar a conocer sus servicios. Se trata de representaciones cortas que se hacen entre parada y parada del metro o en las estaciones del autobús y que dan a conocer situaciones en las que el usuario puede utilizar las juntas del distrito de su barrio. Es una muy buena opción de proximidad, de cercanía con la gente. Cada persona reacciona de manera diferente, pero el mensaje llega.Y en contraposición a esto, qué curioso, en Barcelona acaban de aprobar una normativa que limitará el espacio y la forma en que las famosas estatuas de las Ramblas, figuras muy emblemáticas para todos aquellos que pasan por ahí y signo distintivo de la ciudad, deberán contar para poder seguir ejerciendo su labor.Entiendo que el Ayuntamiento quiera limpiar la imagen de la ciudad, pero no me parece que la limitación de una muestra artística tan espontánea, libre y por supuesto, próxima a la ciudadanía, sea la manera más adecuada. Habrá que esperar a ver cómo lo ven las estatuas. Etiquetas: calle, cultura